En mi espacio terapéutico vas a encontrar escucha, preguntas que invitan a pensar, y un ambiente donde puedes ser tú, sin necesidad de aparentar nada.

Para mí, ser psicólogo no es solo acompañar procesos, es abrir espacios donde las personas puedan entender(se), cuestionarse y, sobre todo, sentirse un poco más libres. 

Me mueve la idea de ayudar a otros a vivir con menos peso, con más claridad y con menos juicios. En las sesiones, intento que se respire un ambiente natural, seguro y cercano. Creo que cuando alguien se siente cómodo, empieza a mirar hacia dentro sin miedo, y ahí es donde puede comenzar el verdadero cambio. 

No tengo respuestas mágicas, pero sí preguntas potentes. Y una forma de estar que, según me dicen, invita a hablar sin filtros. Porque al final, de eso va esto: de entender(se), de aflojar exigencias, y de aprender a vivir con más ligereza.